De sobra debe de saber que mis días se han convertido desde hace tanto tiempo, en momentos crudos, duros, y en muchos sentidos; tercos.
Seguro es la sobra de la costumbre, mi falta de palabras, la suma de todos mis miedos y hasta mi falta de carácter lo que me ha orillado hasta donde el sol de la coherencia no se hace presente. Me aleja de mis creencias y de lo que a bien he aprendido con usted. Me aleja de mí y me acerca a teorías vulgares. A lugares de perdón que no llegan al olvido; y por su naturaleza, mucho menos a la superación.
La comuna de las relaciones humanas nos asegura que el acercamiento a personas que queremos, que amamos, que respetamos y que nos escucharán a cada respiro, si así lo pidiéramos, es una buena solución para salir, superar y olvidar que el mundo es un destello de malos ratos cada vez que se le antoja.
Lamentablemente para éste redactor nivel tres, las reglas aveces le parecen absurdas, ridículas y no porque el resto lo haga, todos tenemos que imitar; es decir, tengo argumentos para no utilizar lo que usted siente por mí, como vía para superar los antojos del destino.
Acortando letras; la finalidad de éste texto es simple: enterado estoy de que usted me escucharía por horas, de que las palabras que de usted salieran; jamás serían para lastimar, sino para rectificar. Que si yo lo pidiera, usted me acompañaría en estos malos y, porque no decirlo dado que también los hay, buenos ratos; que como su entender ya se lo habrá pronosticado, no son más que momentos de confusión, de irrealidades, de 'No sé qué está pasando'.
Por ésas razones no quiero viciar mis pocos ratos a su lado con estos temas cliché que explotan en lo secundario de la vida misma. Si me distancio, no es porque en algún momento mis sentimientos para con usted cambien; eso no pasará bajo ninguna circunstancia.
Lo que sí le aseguro es que la extraño como pocas veces he extrañado, pero tampoco anuncio una despedida, por si en algún momento usted piensa en ello. Aunque por el contrario creo que nuestra relación, de por sí ya intermitente, se hará un tanto más, ayudada por sonrisas y teamos. Pero como dice la canción (y sin ningún tipo de pretensión, sino más bien por la misma metáfora de la letra) 'Prepárame la cena, que regreso pronto'.
domingo, 30 de octubre de 2011
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