De sobra debe de saber que mis días se han convertido desde hace tanto tiempo, en momentos crudos, duros, y en muchos sentidos; tercos.
Seguro es la sobra de la costumbre, mi falta de palabras, la suma de todos mis miedos y hasta mi falta de carácter lo que me ha orillado hasta donde el sol de la coherencia no se hace presente. Me aleja de mis creencias y de lo que a bien he aprendido con usted. Me aleja de mí y me acerca a teorías vulgares. A lugares de perdón que no llegan al olvido; y por su naturaleza, mucho menos a la superación.
La comuna de las relaciones humanas nos asegura que el acercamiento a personas que queremos, que amamos, que respetamos y que nos escucharán a cada respiro, si así lo pidiéramos, es una buena solución para salir, superar y olvidar que el mundo es un destello de malos ratos cada vez que se le antoja.
Lamentablemente para éste redactor nivel tres, las reglas aveces le parecen absurdas, ridículas y no porque el resto lo haga, todos tenemos que imitar; es decir, tengo argumentos para no utilizar lo que usted siente por mí, como vía para superar los antojos del destino.
Acortando letras; la finalidad de éste texto es simple: enterado estoy de que usted me escucharía por horas, de que las palabras que de usted salieran; jamás serían para lastimar, sino para rectificar. Que si yo lo pidiera, usted me acompañaría en estos malos y, porque no decirlo dado que también los hay, buenos ratos; que como su entender ya se lo habrá pronosticado, no son más que momentos de confusión, de irrealidades, de 'No sé qué está pasando'.
Por ésas razones no quiero viciar mis pocos ratos a su lado con estos temas cliché que explotan en lo secundario de la vida misma. Si me distancio, no es porque en algún momento mis sentimientos para con usted cambien; eso no pasará bajo ninguna circunstancia.
Lo que sí le aseguro es que la extraño como pocas veces he extrañado, pero tampoco anuncio una despedida, por si en algún momento usted piensa en ello. Aunque por el contrario creo que nuestra relación, de por sí ya intermitente, se hará un tanto más, ayudada por sonrisas y teamos. Pero como dice la canción (y sin ningún tipo de pretensión, sino más bien por la misma metáfora de la letra) 'Prepárame la cena, que regreso pronto'.
domingo, 30 de octubre de 2011
lunes, 28 de marzo de 2011
¿Dónde está el Villano?
Entre la palabra escrita y la suave bondad del destino nos metimos en textos que no se pueden o por conveniencia del corazón se prefieren no olvidar. De la mano de la noche y los desvelos aprendimos a mirarnos mediante la parpadeante brisa del espacio en blanco y la línea vertical. Entre Corrina Corrina y Show Time te vi de cerca. Y fue en Yoshimi Battles The Pink Robots Pt.1 en donde las verdaderas intenciones de mi corazón se hicieron notar.
Así la historia siguió por el camino del buen venir, resaltando momentos que tuvieron a bien ser descritos en Risa y que sin temer a la mentira no duraron para siempre. Ahora y después del último párrafo una sección descompuesta ha venido a entorpecer planes maquiavélicos y a cortar mi ángulo de visión con el campo verde que me enamoró.
El día de hoy nos sentamos junto a los resagos del tiempo y su poco tacto, junto a la pureza de la extrañeza, misma que viene acompañada del olvido. Entonces la necesidad de escuchar el te extraño y sobre explotarlo se debe a tu ausencia y a la mía, se vuelve inmortal, y lo subrayo cada que puedo, o que lo entiendo.
Y es justo la combinación del recuerdo y la extrañeza (y el maldito acompañante de ésta) a quien debo acusar. Porque parado aquí, junto a la incertidumbre, mientras leo el pensamiento de su mirada, señora, comienzo a extrañar todo; sus palabras mudas, las dobles conversaciones, meterme en pensamientos rosas y pedazo a pedazo armar un cuento sin final que nos involucre a ambos y cambie con cada sueño, con cada gesto y con cada disgusto; extraño imaginar palabras para escribirlas y borrarlas sin que usted se entere, mirarla, contemplarla y despedirla para sentir la inconsistencia de las letras, juntarlas y crear una máscara, nuestro lienzo, que seguro también sintió el vacío de todos los textos que no le escribí y que usted no me ayudó a hacerlo, que guardados en canciones que no escuchamos juntos, se perdieron en el sueño, los guardé en Common People (ésa con la que aprendí a enamorarme de usted), o tal vez sólo no quisieron ser leídos.
Así la historia siguió por el camino del buen venir, resaltando momentos que tuvieron a bien ser descritos en Risa y que sin temer a la mentira no duraron para siempre. Ahora y después del último párrafo una sección descompuesta ha venido a entorpecer planes maquiavélicos y a cortar mi ángulo de visión con el campo verde que me enamoró.
El día de hoy nos sentamos junto a los resagos del tiempo y su poco tacto, junto a la pureza de la extrañeza, misma que viene acompañada del olvido. Entonces la necesidad de escuchar el te extraño y sobre explotarlo se debe a tu ausencia y a la mía, se vuelve inmortal, y lo subrayo cada que puedo, o que lo entiendo.
Y es justo la combinación del recuerdo y la extrañeza (y el maldito acompañante de ésta) a quien debo acusar. Porque parado aquí, junto a la incertidumbre, mientras leo el pensamiento de su mirada, señora, comienzo a extrañar todo; sus palabras mudas, las dobles conversaciones, meterme en pensamientos rosas y pedazo a pedazo armar un cuento sin final que nos involucre a ambos y cambie con cada sueño, con cada gesto y con cada disgusto; extraño imaginar palabras para escribirlas y borrarlas sin que usted se entere, mirarla, contemplarla y despedirla para sentir la inconsistencia de las letras, juntarlas y crear una máscara, nuestro lienzo, que seguro también sintió el vacío de todos los textos que no le escribí y que usted no me ayudó a hacerlo, que guardados en canciones que no escuchamos juntos, se perdieron en el sueño, los guardé en Common People (ésa con la que aprendí a enamorarme de usted), o tal vez sólo no quisieron ser leídos.
Sin embargo el milagro de verla, de estar tan cerca, de enamorarme más y de admirar su belleza al grado del deseo; incluso el detalle momentaneo y eterno que logra acomodar cada palabra detrás de otra buscando la magia, queda de lado con eso que he tratado de construir y que usted me ha ayudado. Me refiero a todo lo que puedo hablar y escuchar de usted, a todo lo que puedo esperar y todo lo que usted puede tener de mí, todo eso que deja atrás planes y enamoramientos, más allá de palabras ebrias, de deseos e ilusiones. Es algo que reza con lo real y que está, que sí está, que lo tenemos y que podemos hacer uso cuando cualquiera de los dos lo necesite, es fuerte, mucho, es nuestro y de nadie más, porque sólo tú y yo lo conocemos. Se construyó en base a las palabras, ésas que no nos dejan solos, ésas que siempre tendrás de mí y que seguro siempre tendré de ti, siempre. A decir verdad, se hace más fuerte, no importa la distancia ni cuanto la extrañe y mucho menos cuanto pueda olvidar. Dicen que es amistad, no les creo, la experiencia nos dice que eso se acaba con el olvido o con la mentira. Y yo le puedo asegurar, señora, que lo nuestro no se acaba con ninguna de las dos. Ni con los errores del enamoramiento.
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