lunes, 28 de marzo de 2011

¿Dónde está el Villano?

Entre la palabra escrita y la suave bondad del destino nos metimos en textos que no se pueden o por conveniencia del corazón se prefieren no olvidar. De la mano de la noche y los desvelos aprendimos a mirarnos mediante la parpadeante brisa del espacio en blanco y la línea vertical. Entre Corrina Corrina y Show Time te vi de cerca. Y fue en Yoshimi Battles The Pink Robots Pt.1 en donde las verdaderas intenciones de mi corazón se hicieron notar.

Así la historia siguió por el camino del buen venir, resaltando momentos que tuvieron a bien ser descritos en Risa y que sin temer a la mentira no duraron para siempre. Ahora y después del último párrafo una sección descompuesta ha venido a entorpecer planes maquiavélicos y a cortar mi ángulo de visión con el campo verde que me enamoró.

El día de hoy nos sentamos junto a los resagos del tiempo y su poco tacto, junto a la pureza de la extrañeza, misma que viene acompañada del olvido. Entonces la necesidad de escuchar el te extraño y sobre explotarlo se debe a tu ausencia y a la mía, se vuelve inmortal, y lo subrayo cada que puedo, o que lo entiendo.

Y es justo la combinación del recuerdo y la extrañeza (y el maldito acompañante de ésta) a quien debo acusar. Porque parado aquí, junto a la incertidumbre, mientras leo el pensamiento de su mirada, señora, comienzo a extrañar todo; sus palabras mudas, las dobles conversaciones, meterme en pensamientos rosas y pedazo a pedazo armar un cuento sin final que nos involucre a ambos y cambie con cada sueño, con cada gesto y con cada disgusto; extraño imaginar palabras para escribirlas y borrarlas sin que usted se entere, mirarla, contemplarla y despedirla para sentir la inconsistencia de las letras, juntarlas y crear una máscara, nuestro lienzo, que seguro también sintió el vacío de todos los textos que no le escribí y que usted no me ayudó a hacerlo, que guardados en canciones que no escuchamos juntos, se perdieron en el sueño, los guardé en Common People (ésa con la que aprendí a enamorarme de usted), o tal vez sólo no quisieron ser leídos.

Sin embargo el milagro de verla, de estar tan cerca, de enamorarme más y de admirar su belleza al grado del deseo; incluso el detalle momentaneo y eterno que logra acomodar cada palabra detrás de otra buscando la magia, queda de lado con eso que he tratado de construir y que usted me ha ayudado. Me refiero a todo lo que puedo hablar y escuchar de usted, a todo lo que puedo esperar y todo lo que usted puede tener de mí, todo eso que deja atrás planes y enamoramientos, más allá de palabras ebrias, de deseos e ilusiones. Es algo que reza con lo real y que está, que sí está, que lo tenemos y que podemos hacer uso cuando cualquiera de los dos lo necesite, es fuerte, mucho, es nuestro y de nadie más, porque sólo tú y yo lo conocemos. Se construyó en base a las palabras, ésas que no nos dejan solos, ésas que siempre tendrás de mí y que seguro siempre tendré de ti, siempre. A decir verdad, se hace más fuerte, no importa la distancia ni cuanto la extrañe y mucho menos cuanto pueda olvidar. Dicen que es amistad, no les creo, la experiencia nos dice que eso se acaba con el olvido o con la mentira. Y yo le puedo asegurar, señora, que lo nuestro no se acaba con ninguna de las dos. Ni con los errores del enamoramiento.