martes, 16 de diciembre de 2008
Un Lado Más Del 'Add'.
Señora, recuerde que es una señora y no una linda chica de 18 años, hoy olvidaré el verano, olvidaré la descripciones largas de mi persona, olvidaré incluso que la extraño, no creo que sea tan importante decir hoy que la amo, no, no lo creo, volvamos al principio. Chispas verdes han de saltar detrás sus ojos frente al sol, grandes impactos claros de su mirada quedan marcados dentro un centenar de recuerdos que trato con infortunadas sonrisas de aparador olvidar, me es más adecuado no hablar de las infinitas lineas moradas nocturnas, ni mucho menos decir a usted que tiene unos ojos que cautivan a cualquiera, divagaré un poco, magnetizaré palabras con azar y sin el, para explicar un poco lo que es este lado del 'add'. De este lado había una inadecuada monotonía de colores un poco bajos de tono, del suyo, un largo camino amarillo que justo cuando alguien llega a poner un pie dentro, una gama de colores se extiende, se mezcla contrastante con risas de todos sabores, que si se busca un poco dentro de ella se tiene que encontrar con alguna coincidencia de años atrás. Un rodear de bebidas veraniegas que se confunden con un poco de facilidad de palabra entre una amistad que se relaciona con fotos que producen un distorsión inadecuada de los personajes marca el inicio de un centenar de sentimientos intercambiables por antiguas inconformidades de la persona escribiente, entre lecturas y escritos nocturnos en infinitas hojas virtuales tamaño carta, música morada llega en momentos de notas rojas escarlata que aveces se llegan a confundir con un gris intenso marcador de un estereotipo que podría poner de malas a cualquiera. ¿Ella? Decisiones de circunstancias que se marcaron en tiempos cuando aún no era de todas las noches leer en morado. Se fue. Me dejo ir, la deje ir, digamos que el mutuo acuerdo entre protagonistas relacionados con el tiempo y la costumbre, pierde un poco el interés de los demás, y por consiguiente se incrusta un carrera por olvidar lo que habíamos comenzado a hacer, por cierto, la carrera pesa. Entre toda esta discordancia, entre lamentos de antes del verano mágico, creo que tomé la decisión. Pero eso como se dice en el argot cultural del urbanismo: 'Es Harina De Otro Costal'. Señora, he de serle sincero entre toda esta mezcla de palabras que poca relación llegan a tener entre sí, lo sería, pero es en vano, en otoño, usted quedó por demás informada de las cosas que con un tanto de esnobismo le grité con escritos digitales. Señora, no me diga hoy nada que me haga sentir bien, ambos sabemos por adelantado que en algún momento todo lo que hoy decimos se podrá ir. Sin embargo y si me permite esta vez decir la verdad, no lo espero de usted, el mundo está lleno de tantas personas de esa clase, que usted no puede pertenecer a ellas. También he de darle las gracias, porque como bien sé, la gente suele regresar a casa en octubre, pero usted permaneció. Quiero que sepa cuando termine de leer eso, y la verdad no falta tanto, que nunca había pasado algo así en toda mi vida, dicen que el escritor se enamora una vez al año, pero esta vez, esta vez dejó todo, prefirió como bien le dijeron entre un centenar de lagrimas, hacer a un lado lo que ya dijimos no pertenece a este costal, que perder las bebidas veraniegas con imágenes de ambos. Juro que no le pediré nada en esta ocasión, sólo que me deje extrañarla, para que cuando la encuentre de nuevo, unas ventanas con bajo nivel de altura y un millar de hojas secas, reanimen mi pequeña persona.
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